jueves, 1 de septiembre de 2011

Imagino que soy su ángel de la guarda


La orfandad, créetelo, es un tema, como la invisibilidad.
yo pienso en la desaparición de los padres.
Soy, a todos los efectos, un huérfano.
Recuerdo a mis viejos como si no estuvieran muertos,
recuerdo sus discusiones, sus discos , sus manías,
su olor, sus trajes, sus fines de semana, sus comidas,
sus películas, sus álbumes de fotos... Los echo de menos.

Es jodido.

Para tomar notas en relación con la historia sobre la invisibilidad,

me acerco todos los días al colegio del hombre invisible y espero

escondido,a que salga y lo sigo,

sin que me vea, hasta su casa.

Ha aprendido a ir y venir solo, pero va y viene cagado de miedo.

Cuando se cruza con otros críos,

o con alguien que lleva un perro, se cambia de acera.

Imagino que soy su ángel de la guarda,

dispuesto a intervenir en el momento preciso.

Se me ocurre entonces que del mismo modo que hay gente visible
capaz de volverse invisible,
podría haber personas invisibles capaces de volverse visibles.
La vida es un cambio continuo entre la nada y la desnada.
Hay días en los que apenas eres nada y
días en los que solo eres desnada.